
Técnica de resolución de problemas
Tanto en nuestro ámbito personal como profesional, pueden surgir con frecuencia diferencias en los intereses nuestros y los de otras personas. La interferencia entre ellos puede generar conflictos, y cada persona tiene una forma distinta de gestionarlos.
En algunas ocasiones la persona se ve incapaz de tomar decisiones para la resolución del problema. Es por ello que te mostramos esta técnica de resolución de problemas que puede llegar a servirte de ayuda.
En qué consiste la técnica de resolución de problemas
Esta técnica aborda el proceso mental llevado a cabo a la hora de identificar, analizar y resolver problemas. En estados de ansiedad o algunos trastornos como la depresión, la persona se ve imposibilitada para tomar decisiones y esta técnica es una guía muy útil para dicho propósito.
La finalidad de esta herramienta no solo implica la resolución del problema, sino que además le ayuda a aprender a abordarlos y buscar soluciones de manera autónoma.
Evidentemente, no hay una única manera de resolver conflictos. Algunas personas se decantan por atajarlos de manera activa, sin pararse a pensar en ellos, ni tampoco en sus consecuencias. Otras en cambio tienen un tratamiento más racional sobre ellos. Recopilan información, sopesan pros y contras, y después llevan a cabo la resolución.
De cualquier modo, es necesario establecer una serie de pasos a seguir para llevar a cabo esta técnica de resolución de problemas.
Proceso de resolución de problemas
Sigue estos pasos que te mostramos a continuación:
- Identifica el problema o los problemas a tratar
En este proceso de identificación tenemos que definir si el problema tiene o no solución, y en caso negativo, tenemos que aprender a convivir con ellos
- Analízalo de manera detallada
Profundiza en el problema. Pregúntate como surgió el problema, que necesitas para encontrar la solución, a qué personas implicas en esta toma de decisiones. Responde a todos los porqués posibles.
- Busca soluciones
Da igual que tipo de solución sea, debemos plantearlas todas. En se aluvión de ideas hay que contrastar las acciones con las posibles consecuencias de cada una de nuestras decisiones. Las habrá más factibles o menos, pero en un principio todas pueden tener cabida.
- Toma de decisiones
Una vez puesta sobre la mesa todas las posibles soluciones y habiendo analizado las consecuencias que traerían, es hora de pasar a la acción. La finalidad de este proceso no es otro sino el de tomar decisiones. Una vez determinado cual va a ser el orden que vamos a seguir para afrontar este conflicto, debemos llevarlo a cabo.
- Examinar resultados
Ya hemos llevado a cabo el proceso para solucionar nuestro problema. ¿A tenido resultado? En caso afirmativo, habrás dado un paso de gigante. Pero no siempre se solucionan a la primera. No te desesperes ni te desanimes. Busca otras alternativas, revisa otras posibles soluciones, pero siempre inténtalo de nuevo y nunca desistas.