¿SABES MEJORAR TU FUERZA DE VOLUNTAD?
¿QUÉ ES LA FUERZA DE VOLUNTAD?
La fuerza de voluntad es la capacidad de la persona para poder mantener el objetivo a medio o largo plazo que se ha propuesto pese a los objetivos a corto plazo que le puedan aparecer en el camino. Es decir, es la fortaleza para desechar las tentaciones inmediatas que puedan surgir cuando éstas nos alejan de nuestro objetivo a medio plazo. Un ejemplo de objetivo a corto plazo o inmediato sería comer un bollito de tu cafetería preferida, mientras que un ejemplo de objetivo a medio o largo plazo sería conseguir adelgazar los 6kg que te has propuesto perder.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE TENERLA?
Continuando con el ejemplo concreto, no conseguirás el objetivo de estar en tu peso, porque siempre habrá cafeterías con buenos pasteles, y siempre existen oportunidades buenas para disfrutarlos.
Es importante tener fuerza de voluntad porque de lo contrario nunca conseguirás los objetivos que te propongas a medio y largo plazo. Cuanta menor fuerza de voluntad se tenga, más complicado va a ser proponerse objetivos y conseguir logros. La falta de fuerza de voluntad mantenida en el tiempo suele provocar malestar emocional, apatía y desgana, y perjudica seriamente la percepción que tenemos de nosotros mismos, ya que nos impide sentirnos orgullosos de alcanzar metas de forma autónoma y eficaz. Por el contrario, una buena fuerza de voluntad favorece la visión positiva de uno mismo.
A veces puede costar retomar nuestras rutinas diarias después del periodo vacacional, lo que ocasiona estrés. Para poder adaptarte cómodamente a ello, es importante tener entrenada la fuerza de voluntad. Lee nuestro artículo con recomendaciones sobre cómo manejar el estrés en el trabajo: /https://conectapsicologosonline.com/volver-al-trabajo-6-tips-para-manejar-el-estres-laboral/
¿QUÉ PUEDO HACER PARA MEJORAR MI FUERZA DE VOLUNTAD?
En este artículo desglosamos algunos de los trucos que pueden ayudarte a trabajar esa fuerza de voluntad, llamada autocontrol desde la psicología, y que como menciona el dicho, “es un músculo”, haciendo referencia a que es entrenable y mejorable.
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Establece objetivos alcanzables.
Si crees que necesitas trabajar la fuerza de voluntad, márcate primero objetivos que puedas conseguir más fácilmente, para que una vez los hayas conseguido puedas comenzar a marcarte metas más ambiciosas y complejas de alcanzar. Es decir, si has intentado en varias ocasiones reducir 6kg de peso pero no lo has logrado, comienza por marcarte el objetivo de adelgazar 3kg. De esa forma no te parecerá una meta tan lejana ni un esfuerzo tan arduo el que has de hacer, favoreciendo que durante el proceso mantengas un adecuado autocontrol. Plantéate objetivos realistas que puedas cumplir.
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Recuérdate por qué lo haces.
Ponte los motivos por lo que lograr ese objetivo en sitios alcanzables para ti: en la cocina, en tu bloc de notas, en tu móvil o en tu habitación. Explícale a alguien tus razones. Tenerlas al alcance favorece que recuperes el ánimo y la motivación para conseguir dicho objetivo. Continuando con el ejemplo, escribe en tu móvil una nota que aparezca a la hora de comer y cenar, donde expliques 3 de los motivos más importantes por los que no comer alimentos calóricos: “vas a sentirte fenomenal con 3kg menos, vas a estar más saludable y notarás como haces deporte más ligeramente y no te cuesta tanto como ahora”.
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Proponte a ti mismo submetas
Especialmente si consideras que vas a tardar unos meses en alcanzar el objetivo propuesto, márcate submetas más cercanas en tiempo o más fáciles en esfuerzo que te vayan aportando esa sensación de estar subiendo peldaños de una escalera que van aumentando tu autoconfianza y tu sensación de logro hasta llegar al último escalón.
En el ejemplo descrito, establécete escalones que ir subiendo antes de lograr el resultado esperado: el primer escalón puede ser ajustarte a realizar 5 comidas al día, el segundo escalón realizar desayunos más saludables, el tercer escalón aumentar la cantidad de agua que tomas al día, el cuarto ser capaz de hacer deporte tres veces en semana, etc. De ese modo irás acumulando pequeños logros más fáciles de conseguir que irán motivándote a subir los siguientes escalones. El camino hacia el resultado final te impacientará menos y será más estimulante.
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Aumenta las recompensas por el esfuerzo realizado
Para las personas con menor capacidad de autocontrol, las recompensas en el camino hasta lograr su objetivo son cruciales. Hay que saber hablarse a uno mismo de una forma motivadora, y no excesivamente castigadora. Quizá teniendo en cuenta los hábitos alimenticios que antes tenías, poder estar 3 días sin consumir alimentos calóricos es un logro. Reconócetelo y refuérzatelo. Es decir, sé consciente de los cambios que vas realizando, aunque aún no hayas logrado el resultado final que esperas, y recompénsate por ello. Por ejemplo, recuérdate a ti mismo los esfuerzos que estás realizando y lo bien que lo estás haciendo, fomentando así el diálogo interno positivo, o ve llenando una hucha con dinero cada vez que consigues decir que no a un alimento que no está incorporado en tu dieta.
Recuerda que si sientes dificultades para conseguir objetivos, puedes hacer estos u otros cambios en la manera en que te los planteas. Si notas que tu fuerza de voluntad flaquea en exceso, no dejes de consultar con un psicólogo para dotarte de herramientas específicas que aumenten tu autocontrol.