«Visto en Terapia»: Resolvemos las dudas de los pacientes antes de comenzar una terapia

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«Visto en Terapia»: Resolvemos las dudas de los pacientes antes de comenzar una terapia

Cada cierto tiempo con nuestros pacientes que comienzan una terapia, nos encontramos determinados comentarios recurrentes, clichés y dudas, que tratamos de resolver en las primeras sesiones para que la persona pueda orientarse bien hacia la terapia y así multiplicar las probabilidades de éxito.

Hemos querido hacer un artículo cuyo objetivo es que podamos dar respuesta a estas dudas que cualquier persona pueda tener si no ha pasado anteriormente por una terapia, ¡y eso os anime a comenzar!. Tener las expectativas ajustadas respecto a qué podemos esperar de una terapia y tener una motivación al cambio alta sin duda hace que la terapia sea más eficaz.

Así que os dejamos algunas de las inquietudes que los pacientes nos transmiten a los terapeutas, respondiendo a cada una de ellas:

   1. “Me cuesta creer en los psicólogos”, “no creo que me podáis ayudar”

La psicología es una ciencia. El tipo de terapia que realizamos es fundamentalmente cognitivo-conductual. Las técnicas que aplicamos son eficaces, ya que se basan en la evidencia científica, es decir, en experimentos con miles de personas para comprobar la utilidad, validez, etc. Aplicamos también herramientas de otros tipos de terapias (sistémica, tercera generación, y cualquier otra corriente/herramienta que pueda ser útil), porque muchos psicólogos que nos preceden ya han comprobado que existen múltiples herramientas que aplicadas en el momento necesario y con el perfil de paciente adecuado, pueden ser de mucha utilidad, y así lo experimentamos también nosotras en nuestras terapias. Si ayuda, ¿Por qué no aplicarlo?.

  2. “Mi (familia/pareja/amig@) me dice que no lo necesito, que no me está sirviendo de nada ir al psicólogo”

La persona que mejor sabe cómo se siente y si algo le funciona o no, eres tú mismo. Durante la terapia psicológica se experimentan cambios, y muchos de ellos son internos, por lo tanto poco perceptibles por el entorno. Por ejemplo cambios en la manera de pensar, el manejo de las emociones, la motivación, el estado de ánimo, o bien el sentimiento de capacidad o de valía. Así que no dejes que nadie decida por ti lo que te viene bien, y ten en cuenta tu propio criterio.

   3. “Me vas a decir lo mismo que me dice mi (familia/pareja/amig@)”

En una terapia se identifican los “qué” y “para qué”, para después trabajar los “cómo”.

Es decir, con un psicólogo vas a identificar qué te ocurre, qué factores influyen en su origen y mantenimiento y qué función está cumpliendo eso en tu vida (para qué). A veces tu entorno puede tener muy identificadas las respuestas a estas preguntas. En este sentido, la principal diferencia entre lo que te pueda decir tu entorno y un psicólogo, es que el segundo tiene formación para poder explicar lo que el paciente ha de entender, en el código que el paciente puede entender, con el lenguaje y los ejemplos que la persona pueda asimilar, para favorecer la elaboración e integración de la información. Así que seguramente puede haberte explicado lo mismo tu prima o tu pareja, incluso tu mismo lo sabes. Pero la manera en que te lo explica el psicólogo, hace que tu cabeza realice ese “clic” necesario.

Una vez identificados esos “qué” y “para qué”, el psicólogo te ayuda a identificar los “cómo”, de forma que juntos diseñéis y tu puedas practicar diferentes herramientas para gestionar lo que ocurre.

Además, en el contexto de terapia se crea un vínculo de confianza, en un ambiente seguro, privado, y libre de juicio, en donde poder hablar sobre tus cosas. Este clima normalmente no podemos tenerlo fuera del contexto de terapia.

    4. “Estoy aquí para que me digas qué me pasa y me pongas solución a mis problemas”

Un psicólogo es un acompañante en tu proceso de exploración, cambio y mejoría. Es un guía que puede sugerirte y facilitarte herramientas para que tu realices el trabajo necesario. Las soluciones las vas a aplicar tu. Así que tu terapeuta no tiene las respuestas a todas tus preguntas, aunque tiene las herramientas para ayudarte a encontrarlas.

   5. “El psicólogo es caro”

Sería muy necesaria una mejora en el servicio de sanidad pública, que diera la suficiente cobertura, abarcando toda la salud (física y mental). Desgraciadamente no siempre tenemos las coberturas, teniendo más déficit de psicólog@s, fisioterapeutas, odontólog@s, ginecólog@s, etc. La sanidad pública puede confundirnos y parecer que es “gratis” al no tener que abonar cada consulta, pero los costes de poder tener a nuestra disposición los profesionales y medios que se tienen son muy elevados.

 

En el caso del psicólogo, es un profesional de la salud que ha recibido formación de un mínimo de 6 años para poder ejercer como psicólogo clínico. En la gran mayoría de las ocasiones, además se recicla constantemente con nuevas formaciones, para poder abarcar la gran variedad de casuísticas y perfiles de pacientes en su profesión, aumentando así progresivamente la calidad de sus intervenciones.

Cada paciente, requiere de un tiempo de plena dedicación a la evaluación psicológica, a la corrección de pruebas, al análisis de la información y al diseño de las herramientas y estrategias que mejor crea van a poderle venir al paciente. Este tiempo es de preparación de cada sesión, que se suma a la hora de la propia sesión con esa persona.

Así que en la clínica privada, los costes por sesión rondan los 50-70€ en España, pero si tenemos en cuenta todas las variables mencionadas, los costes son ajustados, probablemente similares al coste que tenga poder tener un psicólogo en la sanidad pública que nos haga una sesión de 1h de duración.

 

Si tienes cualquier otra duda, comentario, pregunta o inquietud relativa al trabajo psicológico, no dudes en hacérnosla saber, resolvemos todas las preguntas que el paciente tenga antes de comenzar cualquier terapia, ya que entendemos que sobre todo para quien nunca ha hecho terapia, pueden surgir diferentes inquietudes, y porque creemos que es importante que el paciente se sienta confiado con el proceso de cambio que va a comenzar.